Ayer me ocurrió una cosa curiosa. Iba caminando por la avenida Complutense desde la Escuela de Teleco hasta el metro de Ciudad Universitaria. Es un camino que me gusta mucho hacer porque suele ser uno de los paseos que más me inspiran. La mayoría de las ideas que se me ocurren suelen ser mientras ando por esa calle. No se por qué pero me ocurre. Suelo ir escuchando música pero ayer iba sólo con mis pensamientos. Cuando estaba ya cerca del metro me ocurrió la «cosa curiosa».
Se me acercaron para preguntarme algo dos chinas con cara de estar muy perdidas. Automáticamente pensé que me iban a preguntar por una dirección o algo así, así que me predispuse para dar una explicación y me preparé para entender bien su pregunta, ya que muchas veces las personas perdidas no formulan bien sus cuestiones. En ese momento una de las chinas me preguntó: «¿Eres cristiano?».
Pues lo que me pasó es que no supe qué contestar. De primeras fui a contestar que sí, pero luego algo en mi cabeza me impidió pronunciar esa sílaba. Tampoco dije que no. De hecho mi respuesta fue un balbuceo constante de unos segundos. Me quedé en blanco. Fue algo que nunca me había pasado. Ni siquiera se me ocurrió un chiste como podría haber sido «se que me parezco a él, pero no, no soy CR9″. Nada. Ninguna palabra salía de mi boca. No creo que esto fuera achacable al hecho de verme sorprendido por la pregunta de la china o porque su pregunta me pareciera más indiscreta de lo esperado. No. Creo que mi bloqueo mental proviene de algo más profundo. De una duda interior en mi cabeza. ¿En qué creo? ¿Soy creyente? ¿Soy seguidor de alguna religión?
A ver, yo he sido criado en una cultura (la española) con una fuerte tradición cristiana (católica de hecho), pero yo nunca he sido educado en esa religión. De hecho, he sido educado en el ateísmo más feroz. Tengo claro que no creo en ninguno de los dogmas de la Iglesia. Tengo claro que la Biblia para mí es el libro de (ciencia) ficción más vendido de la historia. Pero no tengo tan claro el hecho de que no crea en nada. Mi formación científica hace que me sea muy complicado creer en ciertas cosas, pero mi condición de humano y de Ser pequeño en el Universo me hace cuestionarme la existencia de otros seres más poderosos que yo, en un sentido de poder más metafísico que literal. Puedes llamar a estos seres dioses, extraterrestres, energías o X. Llámalo como te de la gana, pero siempre he creído en la existencia de algún ser superior.
Así soy yo y en esta cadena de pensamientos me encontraba mientras mi boca solo expresaba balbuceos inconexos. No es fácil contar todo esto en una sencilla repuesta. Por suerte, la china vio que estaba pasando un mal rato y me atacó con una segunda pregunta que me fue mucho más sencillo contestar y que me sacó de mi estado de bloqueo mental. Esa pregunta fue: «¿Estás interesado en estudiar la Biblia en profundidad?». Respuesta sencilla NO. Las chinas muy amables siguieron su camino y yo el mío.
No sé, me pareció interesante alargar este proceso mental y escribir con ello una entrada. No sé si os lo habrá parecido a vosotros. Si os parecido interesante, os propongo extender este debate de las creencias en los comentarios. Un saludo a todos.
PD: cuidado con las chinas religiosas que están por Ciudad Universitaria. Os pueden atrapar si estáis desprevenidos.